
Esa noche había muchas nubes y una tímida luna en su fase menguante asomaba de vez en vez su rostro como queriendo ser testigo a escondidas de una escena en particular.
Él tenía después de varios meses la oportunidad de verla, fueron meses de una lucha interna en la que él mismo quería perder...
Para él, la larga espera había llegado a su fin, ahora la tenía a unos centímetros de su cuerpo, era tan agradable sentir el calor que emanaba su pequeño cuerpo y admirar una vez más esos ojos que tantos suspiros y pensamientos le arrancaron... Pero ella, impasible le observaba, pareciera que se había convertido en una figura de porcelana, su voz de ella sonaba con un matiz de dulzura pero con acento grave. Él, acostumbrado ya a estos desplantes, pasó por alto su comportamiento, después de todo podía disfrutar de su muda presencia, era obvio que no notó que ella tenía otra cosa en mente, ¿Pero qué?.
La debacle del fin de sus sueños daba inicio… Él, siempre cariñoso hacia ella, trató de abrazarla y llenarla de besos, ella solo giró la cabeza y dijo: “por favor, no empieces, sabes que me molesta que seas así”; un suspiro de resignación fue la respuesta a esa frase, como restando importancia. “¿Cómo te fue en la escuela mi niña? ¿Aprobaste todas tus materias? ¿Cuándo comienzas los trámites de tu titulación? ¿Comenzarás a trabajar ahora que virtualmente eres una profesionista?” Comenzó él a interrogar inocente, deseoso por saber como le había ido; ella tan solo le miraba de una manera tan intensa que él inconscientemente comenzó a sonrojarse y a apenarse, hacía bastantes meses que no sentía una mirada con una fuerza descomunal detrás de ese pequeño par de ojos de color caramelo.
“Bésame –dijo ella cambiando el dulce matiz de sus palabras a uno más opuesto, una especie de mezcla entre lo inocente y lo seductor-, quiero sentir de nuevo como humedeces mis labios mientras juegas con mi cabello”. Él no podía entender el cambio tan repentino en el modo de ser tratado, y lejos de acceder, atinó a preguntar: “¿Cómo le haces? ¿Cómo puedes pasar del estado del hielo al estado de ebullición en tan solo un abrir y cerrar de ojos? A veces siento que tan solo soy para ti como una válvula de escape, que tan solo usas para cuando sientes que tu entropía interna va a salirse de tu control. No sé si sentirme halagado o decepcionado”, no bien iba terminando la frase, cuando comenzó a bajar su mirada.
Ahora los papeles se intercambiaban, ella comenzó a abrazarlo y tratar con besos de hacerle sonreír. “¿Cómo le haces?”, fue la respuesta que ella obtuvo a las inocentes y seductoras caricias. De los labios de ella salió un suspiro de enfado y lanzando una mirada hacia el cielo como buscando una respuesta a este contratiempo mientras se separaba con un claro rictus de enfado en su rostro. “No lo puedo entender –continuó diciendo- pasas de tenerme en el infierno de tu desprecio a mandarme a la gloria con tus caricias, eres casi imposible de entender, por más que intento razonar no encuentro respuesta a los desplantes de carácter que me muestras”.
Al terminar estas palabras, ella cambió (una vez más) la expresión de su rostro. "Hermoso -por fin le responde-, las dudas que has llegado a sembrar en torno a mi comportamiento no son mas que una respuesta al tuyo, nunca he sabido a ciencia cierta lo que sientes por mí, llegaste un día a ofrendar tu sangre en palabras que según tú estaban inundadas de una pasión que no podías contener hacia mí, pero tus palabras no fueron más que bellas metáforas, nada en concreto"...
Un proyectil de hielo con punta afilada fue lo que él sintió en sus palabras, tan hirientes, pero encerrando en ella tanta verdad, por unos instantes bajó apenado su mirada, de repente, un extraño brillo brotó en sus ojos y mirándola a los ojos acotó: "Si, es verdad que inspiraste en mi interior muchos pensamientos llenos de un sentimiento lacónico hacia ti, pero debes recordar también que cuando la relación apenas tomaba forma, hiciste incapié en que deseabas que todo lo que te confesara de mis sentimientos hacia ti lo hiciera de una forma distinta, ya que según tus propias palabras no te gustaban las palabras que parecían salir de una postal o tarjetita barata de amor. Fuiste tú quien dio vida a este intento de poeta, nadie más que tú fue moldeando la personalidad del escritor que veo ahora que desprecias cual si fuese un pañuelo desechable... Pero no importa, porque en este día solo quiero hacer un paréntesis en nuestras vidas y disfrutar como nunca estos instantes".
Como si de un partido de tenis de tratara, ahora él había devuelto ese gélido proyectil, era como si quisiera aprovechar ese instante para ser valiente ante ella por primera vez. Ella no podía asimilar aún que él le hablara con tanta decisión. Él que le había prometido casi una fidelidad eterna estaba machacando sin piedad su orgullo.
No bien había terminado de digerir éstas últimas frases cuando él continuó agregando: "Quiero pedirte que aceptes que estos pocos minutos que estaremos juntos los vivamos en una tregua, como si nunca nos hubiésemos separado, es un último favor que te pediré, que me dejes abrazarte y besar tu mejilla como en aquellos días dichosos que aunque lo deseemos con fervor no regresarán, no hablemos de quién tuvo o no la culpa de este fracaso; hagamos por favor que estos momentos sean únicos, porque quiero tatuar en mi mente una imagen abrazándote, diciendo por última vez lo mucho que te llegué a amar. Por favor, no hagas tanto caso si vez alguna lágrima en mi rostro, que en esa gota que cayera en tu rostro sea como un beso distinto a los que antes te di, intentaré que 'ése beso' pudiera tatuarse en tu mente para que lleves grabado todo aquello que las palabras me fueron insuficientes para comunicarte mis sentimientos"...
"¿Entonces esto es un adiós? -preguntó de inmediato ella- ¿Acaso no volveré a sentir tus pensamientos en mí ni me buscarás como solías hacerlo en casa de mis padres? No puedo entender bien en este momento, pero ¿Podrías al menos prometer que me explicarás algún día el por qué de tu decisión?"
"Ojalá algún día pueda hacerlo niña de mi alma -le respondió él tratando de evitar que la tristeza que le inundaba su interior saliera a la luz por medio de su voz-, no quiero decir que esto es un adiós porque prometimos que nunca mencionaríamos esa palabra en caso de presentarse la ocasión. Respondiendo a tu segunda pregunta, mis pensamientos y suspiros hacia tu dulce esencia seguirán saliendo de mi corazón, pero de buscarte sería solo volver a este ciclo viciado de lastimarnos, espero que algún día lo entiendas y pudieras perdonar mi decisión. Te amo como no pensé hacerlo, y te llevaré en mi mente y en un espacio en mi corazón".
Terminando de decir estas palabras que sonaban a su manera a despedida, besó superficialmente sus labios y separándose poco a poco sin dejar de verla a los ojos, dio 7 pasos hacia atrás como cumpliendo un ritual no escrito para después cerrar los ojos y dar la vuelta para quizás ya no verla en su vida... 23/05/2007 (Tepic, Nayarit)
Él tenía después de varios meses la oportunidad de verla, fueron meses de una lucha interna en la que él mismo quería perder...
Para él, la larga espera había llegado a su fin, ahora la tenía a unos centímetros de su cuerpo, era tan agradable sentir el calor que emanaba su pequeño cuerpo y admirar una vez más esos ojos que tantos suspiros y pensamientos le arrancaron... Pero ella, impasible le observaba, pareciera que se había convertido en una figura de porcelana, su voz de ella sonaba con un matiz de dulzura pero con acento grave. Él, acostumbrado ya a estos desplantes, pasó por alto su comportamiento, después de todo podía disfrutar de su muda presencia, era obvio que no notó que ella tenía otra cosa en mente, ¿Pero qué?.
La debacle del fin de sus sueños daba inicio… Él, siempre cariñoso hacia ella, trató de abrazarla y llenarla de besos, ella solo giró la cabeza y dijo: “por favor, no empieces, sabes que me molesta que seas así”; un suspiro de resignación fue la respuesta a esa frase, como restando importancia. “¿Cómo te fue en la escuela mi niña? ¿Aprobaste todas tus materias? ¿Cuándo comienzas los trámites de tu titulación? ¿Comenzarás a trabajar ahora que virtualmente eres una profesionista?” Comenzó él a interrogar inocente, deseoso por saber como le había ido; ella tan solo le miraba de una manera tan intensa que él inconscientemente comenzó a sonrojarse y a apenarse, hacía bastantes meses que no sentía una mirada con una fuerza descomunal detrás de ese pequeño par de ojos de color caramelo.
“Bésame –dijo ella cambiando el dulce matiz de sus palabras a uno más opuesto, una especie de mezcla entre lo inocente y lo seductor-, quiero sentir de nuevo como humedeces mis labios mientras juegas con mi cabello”. Él no podía entender el cambio tan repentino en el modo de ser tratado, y lejos de acceder, atinó a preguntar: “¿Cómo le haces? ¿Cómo puedes pasar del estado del hielo al estado de ebullición en tan solo un abrir y cerrar de ojos? A veces siento que tan solo soy para ti como una válvula de escape, que tan solo usas para cuando sientes que tu entropía interna va a salirse de tu control. No sé si sentirme halagado o decepcionado”, no bien iba terminando la frase, cuando comenzó a bajar su mirada.
Ahora los papeles se intercambiaban, ella comenzó a abrazarlo y tratar con besos de hacerle sonreír. “¿Cómo le haces?”, fue la respuesta que ella obtuvo a las inocentes y seductoras caricias. De los labios de ella salió un suspiro de enfado y lanzando una mirada hacia el cielo como buscando una respuesta a este contratiempo mientras se separaba con un claro rictus de enfado en su rostro. “No lo puedo entender –continuó diciendo- pasas de tenerme en el infierno de tu desprecio a mandarme a la gloria con tus caricias, eres casi imposible de entender, por más que intento razonar no encuentro respuesta a los desplantes de carácter que me muestras”.
Al terminar estas palabras, ella cambió (una vez más) la expresión de su rostro. "Hermoso -por fin le responde-, las dudas que has llegado a sembrar en torno a mi comportamiento no son mas que una respuesta al tuyo, nunca he sabido a ciencia cierta lo que sientes por mí, llegaste un día a ofrendar tu sangre en palabras que según tú estaban inundadas de una pasión que no podías contener hacia mí, pero tus palabras no fueron más que bellas metáforas, nada en concreto"...
Un proyectil de hielo con punta afilada fue lo que él sintió en sus palabras, tan hirientes, pero encerrando en ella tanta verdad, por unos instantes bajó apenado su mirada, de repente, un extraño brillo brotó en sus ojos y mirándola a los ojos acotó: "Si, es verdad que inspiraste en mi interior muchos pensamientos llenos de un sentimiento lacónico hacia ti, pero debes recordar también que cuando la relación apenas tomaba forma, hiciste incapié en que deseabas que todo lo que te confesara de mis sentimientos hacia ti lo hiciera de una forma distinta, ya que según tus propias palabras no te gustaban las palabras que parecían salir de una postal o tarjetita barata de amor. Fuiste tú quien dio vida a este intento de poeta, nadie más que tú fue moldeando la personalidad del escritor que veo ahora que desprecias cual si fuese un pañuelo desechable... Pero no importa, porque en este día solo quiero hacer un paréntesis en nuestras vidas y disfrutar como nunca estos instantes".
Como si de un partido de tenis de tratara, ahora él había devuelto ese gélido proyectil, era como si quisiera aprovechar ese instante para ser valiente ante ella por primera vez. Ella no podía asimilar aún que él le hablara con tanta decisión. Él que le había prometido casi una fidelidad eterna estaba machacando sin piedad su orgullo.
No bien había terminado de digerir éstas últimas frases cuando él continuó agregando: "Quiero pedirte que aceptes que estos pocos minutos que estaremos juntos los vivamos en una tregua, como si nunca nos hubiésemos separado, es un último favor que te pediré, que me dejes abrazarte y besar tu mejilla como en aquellos días dichosos que aunque lo deseemos con fervor no regresarán, no hablemos de quién tuvo o no la culpa de este fracaso; hagamos por favor que estos momentos sean únicos, porque quiero tatuar en mi mente una imagen abrazándote, diciendo por última vez lo mucho que te llegué a amar. Por favor, no hagas tanto caso si vez alguna lágrima en mi rostro, que en esa gota que cayera en tu rostro sea como un beso distinto a los que antes te di, intentaré que 'ése beso' pudiera tatuarse en tu mente para que lleves grabado todo aquello que las palabras me fueron insuficientes para comunicarte mis sentimientos"...
"¿Entonces esto es un adiós? -preguntó de inmediato ella- ¿Acaso no volveré a sentir tus pensamientos en mí ni me buscarás como solías hacerlo en casa de mis padres? No puedo entender bien en este momento, pero ¿Podrías al menos prometer que me explicarás algún día el por qué de tu decisión?"
"Ojalá algún día pueda hacerlo niña de mi alma -le respondió él tratando de evitar que la tristeza que le inundaba su interior saliera a la luz por medio de su voz-, no quiero decir que esto es un adiós porque prometimos que nunca mencionaríamos esa palabra en caso de presentarse la ocasión. Respondiendo a tu segunda pregunta, mis pensamientos y suspiros hacia tu dulce esencia seguirán saliendo de mi corazón, pero de buscarte sería solo volver a este ciclo viciado de lastimarnos, espero que algún día lo entiendas y pudieras perdonar mi decisión. Te amo como no pensé hacerlo, y te llevaré en mi mente y en un espacio en mi corazón".
Terminando de decir estas palabras que sonaban a su manera a despedida, besó superficialmente sus labios y separándose poco a poco sin dejar de verla a los ojos, dio 7 pasos hacia atrás como cumpliendo un ritual no escrito para después cerrar los ojos y dar la vuelta para quizás ya no verla en su vida... 23/05/2007 (Tepic, Nayarit)
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