Déjenme presentarnos. Mi nombre es Bolígrafo y soy un pequeño envase de polímero amarillo y azul que a toda parte que vaya, dejo testimonio de la manifestación de emociones que a diario toman por asalto a mi cabeza. Su nombre es Tinta y habita dentro de mi cuerpo; Tinta es por quien existo, su sangre es azul, en veces roja, negra, verde, naranja o morada. Tinta es la motivación que provoca que deje rastros de mi sangre en cada papel. Es algo así como el motor que mueve a mi cuerpo; o quizás, si lo puedo describir mejor, es el corazón que bombea sin cesar toda esa sangre que fluye a través de mi mano, formando palabras, frases, poemas y todos aquellos pensamientos que suelo leer con gusto a Tinta. Con mi dedo metálico, trato de describir su rostro de ángel con apariencia de ojos tristes; más no se dejen engañar, ya que en sus ojos reflejará toda aquella tristeza que quieran o traten de esconder. Cada noche, Tinta emerge en mi mente y tomándome de la mano, suele llenarme de besos y caricias que me hacen muy feliz Tinta suele decirme que mientras su sangre no se extinga, ella vendrá a visitarme y me platicará de tantas cosas, me hará muchas preguntas y, quizás algunas no las pueda contestar, pero sabe que haré mi mejor esfuerzo para que sigamos viéndonos en el ocaso de cada día, cada amanecer, y cada atardecer. Sólo hay una clave para ponernos en contacto: y es pensar en Tinta; y yo, cuyo nombre que tengo que es Bolígrafo, haré miles de fiestas en cualquier superficie mientras que Tinta exista. Yo soy el Bolígrafo que encierra todo el amor que siento por ella, por la Tinta que me hace crear en cada noche mil y una frases que con solo invocarla en mi mente me provoca, con esa emoción que solo ella hace que en mi cuerpo nazca. Solo una cosa puedo asegurar, y es que sin Tinta simplemente soy nada...
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