12 octubre 2004

Día 12...

El ángel de la muerte suspira sobre mí su aliento, me envuelve con su suave piel, caricia protectora de fría mano. Frágil soy a su toque, de rápido vislumbrar a sus ojos, no soy nada en vida, que es para él tan corta como un parpadeo. Búscame, aquí, luz divina, abajo vivo desde hace tiempo enterrado, no vengas a apagar mi luz con tu flama, no quieras salvar mi atormentada alma, soy causa perdida, tiempo extraviado. Véte, vuelve a tu blanco paraíso, dí que el Diablo ha desaparecido, y que Dios ha muerto, pero que aún no se han enterado... 05/07/2001

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