28 julio 2025

Crónica de una "feliz" navidad...

Desde niño he tenido una impresión desagradable hacia esta fecha, notaba por ejemplo cómo los vecinos que en todo el año no te dirigían un simple saludo, en este día sacaban del clóset su mejor sonrisa y tenían hasta el descaro de acercarse a darte un abrazo con sus más "sinceros" deseos que me recordaban a los fariseos de la mitología católica, para a partir de los días 26 de diciembre volvía todo a la "normalidad"; es decir, que eras algo menos que nada ante ellos nuevamente. Pasaron muchos años en los que la hipocresía en estas fechas fue un común denominador: familiares, vecinos, es más, hasta gente que en mi vida he vuelto a ver me sonreía tratando de convencerme de que "debía" hacer lo mismo.
En el año 2000, tuve una "hermosa nochebuena" cuando después de hacerme sentir la peor de las escorias del mundo con tantas ofensas que mermaron considerablemente mi autoestima, tuvieron el "excelente detalle" de decirme una frase que parece ya una maldición: "me has dicho que detestas la navidad, pues ya tienes una razón para odiarla"... Caray, hermosa y lapidaria frase, hasta el momento no hay otra que en profundidad le pueda comparar, tanto que viví una de mis peores depresiones a raíz de tan poética frase proverbial.
Pero vaya, lo de hace 7 años fue una especie de juego de niños comparado con el deleznable espectáculo de hace unos momentos. Como inicio, la coincidencia de la hora con la del 2000: 00:31. Todo esta función me la esperaba desde el momento en que me enteré que habían invitado a mi hermano y su concubina a la casa a cenar "esto terminará con fuertes dosis de violencia" -pensé-, esas sospechas se reforzaron cuando escuché a mi padre mofarse constantemente del corte de cabello de mi hermano. Bueno, debo admitir que mi hermano soportó estoicamente (para el carácter explosivo que suele tener) toda burla que le propinaron. Pero lo sublime de este asunto fue cuando llegó la hora del abrazo, como si fuese una sombra me escapé hacia mi habitación ya que sabía que era cuestión de segundos para que se armara la "fiesta"... Pocas veces suelo equivocarme en analizar los comportamientos de las personas y por supuesto que esta vez no fue la excepción. No entraré en detalles porque aún estoy encabr...itado por la forma tan estúpida e infantil en que reaccionaron mi hermano y mi padre, solo sé que no volveré a celebrar (al menos en esta familia, y si se me concede mi deseo sería en general) esta fecha...

1 comentario:

Anónimo dijo...

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