Una tarde en la que el sol envió sus rayos quemantes como en cielo de verano, una puerta y una llamada provocan que una sonrisa que sale desde mi alma sean mi sombrilla y mi aire acondicionado.
Una banca extiende sus brazos para recibirme al tiempo que dejo que mi corazón palpite a la velocidad de un beat electrónico, miro hacia las 10 y veo su hermosa y enigmante figura, no doy crédito aún de que una persona como ella me tenga en su mente. "Hola -le saludé-", y ella con una sonrisa que rivaliza en intensidad ante mis ojos al astro rey me arranca un pequeño suspiro.
El plan era ir a un bolerama, pero en secreto mi plan era estar a su lado. En el camino, ella de una manera que aún tengo presente me da un beso en la mejilla y me da un abrazo (quién en su sano juicio es capaz de ser impasible ante tan hermoso gesto?) que más rápido que una bala de una magnum le contesto, mientras que un suspiro, hermano de los que le anteceden, viaja al cielo en busca del corazón de tan bello ser.
Tarde de abrazos y de besos, de más de una caricia a la mejilla de parte de ella o del cabello de parte mía. Una charla y un resultado del juego que no hablaré por serme adverso, pero siempre disfrutando de una compañía en la que bien podría jugarme una mala broma mi mente, ya que es como si estuviera ante un espejo.
Otra banca extiende sus enormes brazos grises para abrigarnos con su fresco entorno, unas fotos frente a nosotros son mudos testigos de una charla que en breves lapsos se torna apasionada por él y audazmente controlada por ella, unas inesperadas gotas amenazantes nos retornan a lo mundano de la ciudad, en donde caminamos unas calles totalmente abrazados... Un autobús nos traslada al centro de la ciudad y caminamos unas calles más y otro autobús nos lleva al destino final de esta cita.
Un beso en el que sentí que me entregaron una parte del alma me hace sentir algo así como si flotase, otra sonrisa cómplice y una breve charla antes de la despedida, siento que ambos no nos queríamos despedir, pero también una voz en mi cabeza me hace ver que ella debe descansar.
Han pasado unas cuantas horas de esta temporal despedida, más sin embargo siento que han pasado semanas desde ese beso que me hace soñar y ese abrazo que sigue llenando de una agradable calor a mi corazón...
Gracias por tan agradable tarde, esperaré impaciente la siguiente oportunidad de rozar el cielo con mis dedos...
Una banca extiende sus brazos para recibirme al tiempo que dejo que mi corazón palpite a la velocidad de un beat electrónico, miro hacia las 10 y veo su hermosa y enigmante figura, no doy crédito aún de que una persona como ella me tenga en su mente. "Hola -le saludé-", y ella con una sonrisa que rivaliza en intensidad ante mis ojos al astro rey me arranca un pequeño suspiro.
El plan era ir a un bolerama, pero en secreto mi plan era estar a su lado. En el camino, ella de una manera que aún tengo presente me da un beso en la mejilla y me da un abrazo (quién en su sano juicio es capaz de ser impasible ante tan hermoso gesto?) que más rápido que una bala de una magnum le contesto, mientras que un suspiro, hermano de los que le anteceden, viaja al cielo en busca del corazón de tan bello ser.
Tarde de abrazos y de besos, de más de una caricia a la mejilla de parte de ella o del cabello de parte mía. Una charla y un resultado del juego que no hablaré por serme adverso, pero siempre disfrutando de una compañía en la que bien podría jugarme una mala broma mi mente, ya que es como si estuviera ante un espejo.
Otra banca extiende sus enormes brazos grises para abrigarnos con su fresco entorno, unas fotos frente a nosotros son mudos testigos de una charla que en breves lapsos se torna apasionada por él y audazmente controlada por ella, unas inesperadas gotas amenazantes nos retornan a lo mundano de la ciudad, en donde caminamos unas calles totalmente abrazados... Un autobús nos traslada al centro de la ciudad y caminamos unas calles más y otro autobús nos lleva al destino final de esta cita.
Un beso en el que sentí que me entregaron una parte del alma me hace sentir algo así como si flotase, otra sonrisa cómplice y una breve charla antes de la despedida, siento que ambos no nos queríamos despedir, pero también una voz en mi cabeza me hace ver que ella debe descansar.
Han pasado unas cuantas horas de esta temporal despedida, más sin embargo siento que han pasado semanas desde ese beso que me hace soñar y ese abrazo que sigue llenando de una agradable calor a mi corazón...
Gracias por tan agradable tarde, esperaré impaciente la siguiente oportunidad de rozar el cielo con mis dedos...
1 comentario:
Desde la primera vez que supe de ti, me pareció increíble que realmente pudiera existir alguien a quien, podría asegurar, nació de mis pensamientos y deseos más profundos. Y aún me resulta increíble que, a medida que te voy conociendo más, dos seres que han sido tan ajenos uno del otro durante toda su vida, puedan compartir tanto y estar en sintonía, como a ti te gusta llamarlo.
No sólo has ido transformando mi mundo, sino que con tu ternura has despertado en mí sensaciones y emociones que creí desaparecidas, además de actitudes que jamás pensé llegar a tener.
Sólo puedo agradecerte, por tus palabras, tus pensamientos, y el sinnumero de motivos para pensar en ti con una frecuencia cada vez mayor.
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