Un día desperté y ya no estabas. Sólo te encontraba en mis sueños pero nunca te quedaste a mi lado. Sentías miedo, sentías tantas cosas. Aquel día desperté y supe que ya no estarías conmigo, que ya no sentiría tu presencia en mi cuerpo y que ya no estás en mi alma. Como ácido corrías por mis venas quemando mi corazón cada vez que nacías, cada vez que te apoderabas de mí. Ahora la oscuridad es completa y el vacío es absoluto. Y por primera vez me siento realmente solo. No sé si volverás, no tengo forma de saberlo, porque tampoco sabré el porqué te fuiste y dejaste atrás lo que éramos y la visión de lo que seríamos. En donde solías estar, en tu trono de huesos, solo hay frío y un sentimiento de soledad que me lastima cada vez que te pienso, cada vez que te recuerdo. ¿Dónde está mi oscura majestad?. ¿Y a dónde se fue ella?... Mi oscuro y amado ángel-demonio... 30/01/2002
No hay comentarios.:
Publicar un comentario