Imagina mi mano sobre tu espalda. Imagina mis dedos sobre tu suave piel... Imagina mi mano sobre tu espalda, imagina mis uñas desgarrando tu carne... No es dolor lo que te ofrezco... Tampoco es placer... Aún así lo tomas, y te retuerces en las sabanas, aún así lo tomas y desgarras mi alma, mi cuerpo, mi mente, mi ángel. Ahora observa y dime, ¿Qué es lo que ves? Acaso puedes distinguir una sombra en la noche, en la oscuridad de nuestras vidas... ¿Qué sucede? ¿¿Tienes miedo a la oscuridad, al vacío negro que todo lo absorbe, que todo lo devora?? Aquí estoy en el vacío del alma escribiendo estas letras, una carta que no necesita de tinta y papel, una carta que no requiere muchas palabras o un extenso monologo. Una carta en donde expreso todo lo que siento por mi oscura majestad, por aquel demonio que me caza y me devora toda las noches. Una carta en donde solo basta una cosa para leerla. Mírame a los ojos, y dime que ves, mírame a los ojos y dime lo que realmente siento, pues lo ojos son el espejo del alma y una ventana para descubrir los sentimientos de una persona. Una carta al corazón, que solo leerás una y otra vez, cuando me pierda en aquellos vacíos y hermoso ojos color caramelo... 28/01/2002
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