Acostumbrado a moverme en un mundo de oscuridad y remotas fantasías camino normalmente mirando al suelo, contemplando como un paso tras otro el leve rastro que dejo en la arena se difumina y desaparece con el viento que el tiempo arroja sobre él, sin dejar nada de importancia que mirar atrás, y sin nada capaz de distinguir si lo que se mueve delante de mi es el futuro o una vuelta retorcida más de un presente gris sin esperanza. Llevo demasiados años persiguiendo sombras, buscando en la gente el rastro de unos ojos que no logro reencontrar, buscando un brillo iridiscente de la que una vez me iluminó el camino, donde la vida prometía retorcerse hasta el final en interesantes estructuras. Y solo he encontrado resquicios del amor que aún busco entre besos fugaces y despedidas amargas, personas que al amanecer abandonan mi vida para no volver, dejando tras de si un nuevo parche en mi corazón, un vacío de nuevo en la almohada, y una horrible y permanente sensación de soledad, de abandono contínuo. Y esto soy yo: Los restos de mis incontables esperanzas desmadejados en una carcasa triste y gris con una capacidad asombrosa para la sonrisa pero con un cuerpo vacío de emoción... 17/08/2001
Y por fin, tras un último aliento, tras un último empujón, volví a encontrar el rastro de aquellos ojos, el eco de un suspiro en una persona que me sorprendió al notar que me devolvía la mirada. Un nuevo rostro para recordar, una nueva guía sobre la que empezar a construir de nuevo mi alegría. Palabras que de nuevo son capaces de hacerme conciliar el sueño, gestos y susurros que en la oscuridad iluminan el suelo, el sentimiento compartido de un futuro juntos por llegar, y la tranquilidad que porporciona de nuevo el poder hablar y sentirme escuchado. Y todo por quien, por alguien por quien abro puertas y cierro ventanas, por el que limpio el polvo que pueda quedar sobre mi corazón para hacerlo latir con más fuerza, por quien mis miedos y esperanzas pueden esperar, por quien mis sueños e ilusiones viven y mueren renovado su entusiasmo. Alguien cuya forma de pensar, reír y hablar ha conseguido devolverme la ilusión por todo aquello que rodea a mi persona, alguien que me devuelve la energía necesaria para cambiar por ella el mundo, que me incita a mejorar, alguien con la que siento que las cosas son como deberían ser, con cuyas palabras me encuentro de nuevo en casa, con cuyos abrazos me siento humano una vez más, alguien con quien deseo compartir todas a mis cosas, a quien deseo regalar todas y cada una de las facetas de mi vida; alguien a quien amar. Gracias de verdad por haberme hecho redescubrir que aún queda en el mundo algo de magia, gracias por conseguir hacer que de nuevo sea yo, gracias Julieta, aunque ya nos hayamos dicho adiós... 17/08/2001
No hay comentarios.:
Publicar un comentario