Entonces... cierro mis ojos... y voy sintiendo como despacio y lentamente me llevas de la mano por el oscuro sendero hacia el abismo de la pasión y la locura. No digo nada... y al sentir tu aliento, la risa de la muerte y el viento hacen que pierda la cordura y te vuelves fuego... y despacio... tu llama me envuelve en una caricia que me hierve la sangre. Mientras me desgarras la ropa, vas dejando llagas permanentes en mi corazón, mientras mi alma es torturada, por el fuego eterno. Y al borde del abismo me detengo... abro los ojos... te miro, te siento mientras que el viento pega latigazos en mi piel, mientras más caigo más me aferro a tu piel y siento el clímax al tocar el fondo de tus pensamientos y es cuando más arde la hoguera y llegamos al éxtasis de la peligrosa y mortal adrenalina que sientes cuando has visto de cerca, el infierno... 30/01/2002
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