Escucha: Mis versos son un pálpito furioso de corazón henchido. Sangre que no cabe en las venas del alma, palabra que no acierta a ser mentada sin una pútrida poesía; voz rota de garganta cansada y llanto de niño. Escucha: Mis pensamientos lloran conmigo y tiemblan a la vez que la mano que los crea, ellos viven y estarán cuando muera, serán los frutos alumbrados de mi mente. Escucha: A este lecho donde yacen, acerca tu oído porque eso es mi pecho lo que oyes, y esto que lees son sus latidos... 21/07/2001
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